No es prueba de buena salud el hecho de estar bien integrado
en una sociedad profundamente enferma.
Krishnamurti
El día que los basureros recogen todo lo que no puede contener la basura[1]estándar, y que lo depositamos sobre la acera para deshacerse de ello, para nosotros se llama el día de « los estorbos.» ¿ Qué justifica la asociación de los estorbos y de la osteopatía ? Pues, Querido Lector, es que los osteópatas, ellos también tienen sus estorbos. Quiero hablar de Still, Sutherland y en una menor medida, Littlejohn y algunos más. Y ¿ por qué, gran Dios, Still y Sutherland se han convertido en estorbos ? Seguramente los motivos sean diversos, pero todos coinciden en el hecho que hoy ya no deseamos valernos de sus recomendaciones, ni exhibirlos. Durante mucho tiempo, nuestros Ancianos no nos han molestado : eran inaccesibles. Sus libros eran difíciles de conseguir, y además escritos en inglés. Se usaban para las necesidades de la causa del momento, particularmente evocando alguna citación. Citaciones generalmente sacadas de las primeras páginas, a menudo alteradas y casi nunca referenciadas, o bien sacadas de textos de otros autores americanos… De este modo se les podía hacer decir “ aproximadamente ” lo que uno quisiera. Eran útiles y no nos estorbaban. De ensueño.
Pero, ahora resulta que les viene la idea a una gente estrafalaria de traducir estos textos y ponerlos al alcance de todos. De repente, tenemos a Still y a Sutherland ¡ que nos aparecen como unos estorbos ! Se les reprocha particularmente de ser obsoletos, envejecidos, de haber caído en lo esotérico y lo espiritual. Total, nuestros Ancestros no son presentables. Desentonan, se dice oficialmente. Causan un contraste chocante para hablar claramente. Hay que decir que Still no ha sido nada razonable tampoco. Para empezar, en sus escritos, con nada menos que 300 evocaciones de Dios y del divino en su Autobiografía. Además, parece ser que, a consciencia, ha ido a curiosear en todos los campos posibles e imaginables, más bien los menos recomendables : frenología, magnetismo, espiritismo, etc.2 Algunos afirman incluso que fue franc-mason (de la francmasonería).3 Hay que decir que llamar al Creador, Gran Arquitecto, es un poco vistoso. Incluso hay quienes pretenden que fue acupuntor.4 Gracias a Dios, a su época Moon y Hubbard no habían nacido, si no, hubiera sido capaz de meter la nariz en los unificadores y los cientólogos… Sutherland no es mucho mejor : él también evoca a menudo a la Biblia y al Creador. Además, inventa unas cosas imposibles como la « luz líquida », o bien habla de « transmutación », de « Soplo de Vida ». ¿ Qué queréis que hagamos con esto hoy en día ? El más presentable sigue siendo Littlejohn – en sus escritos por lo menos (me he dejado decir que John Wernham se habría asegurado de ello).
Es cierto que a nuestros detractores no les sobra la delicadeza, al igual que el psiquiatra Jean Abgrall, el cual en su libro Los charlatanes de la salud 5 clasifica a la mayoría de las prácticas no oficiales y por tanto la osteopatía, en las « patamedicinas » - término alternativo elegido para charlatanería – y no duda en cualificar a los pacientes que usan estos medios para mejorar su salud de « crédulos extáticos. » 6 Visto el número de personas usuarias de estas prácticas, esto tiende a considerar que el mundo está poblado por chiflados. Suerte que los psiquiatras están ahí… Frente a tal arrogancia, es obvio que es tentador jugar « las cartas de la discreción » y sobre todo no decir nada o no mostrar nada que pueda irritar a las autoridades. Es lo que hacen nuestras asociaciones socio-profesionales en sus trípticos de presentación de la osteopatía. La mayoría de las veces, el origen de la osteopatía no es evocado, y está claro que tampoco Still, Sutherland, o Littlejohn. ¿ Y qué decir de las escuelas que han tomado la responsabilidad de enseñar la osteopatía ? A estudiantes que están en fin de carrera, durante los cursos de post-grado, les pregunto : « ¿ Quién ha leído Autobiografía ? » « ¿ Quién ha leído Filosofía de la osteopatía ? » « ¿ Quién conoce la historia de Sutherland ? » Estoy consternado al ver las pocas manos que se levantan, cuando se levanta alguna…
¿ Por qué los osteópatas intentan desesperadamente cortarse de sus raíces, por el motivo más o menos reconocido (más bien, menos que más) que nos son presentables ? Así que, ¿ nos hemos hecho tan pequeños, que ya no somos capaces de discernir la grandeza de nuestros maestros, hasta el punto de avergonzarse de ellos y de no atreverse a evocarlos, de ignorarlos, de ni siquiera osar decir quienes somos y sobre qué fundamos nuestra práctica ? No obstante, al examinar la manera en la que actuaron nuestros Ancianos, nos damos cuenta que su comportamiento fue completamente diferente : se atrevieron a afirmar lo que eran y lo que pensaban, sin aceptar nunca ninguna concesión sobre lo que les parecía esencial : su filosofía. ¿ Hay otra manera de existir que tal y como somos verdaderamente ? Esto se llama integridad, y notad bien que no he escrito « integrismo ». Por cierto, ¿ qué tenemos para oponer a nuestros detractores, si no es la filosofía que hace el fundamento de la osteopatía ? Los osteópatas gastan un tiempo y una energía considerables en no ser lo que son y en aparentar lo que no son. A la evocación de este problema, una frase de Still me viene : « No temáis a los enemigos que atacaron cada progreso que hemos emprendido. No pueden perjudicarnos, sus golpes no son más que bendiciones disfrazadas. Nuestro mayor peligro, el único peligro, que de hecho puede amenazar al futuro de la osteopatía reside en los errores de aquellos que pretenden ser nuestros amigos. » 7.