Herederos de Still - Y encontrar un fulcro

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Y encontrar un fulcro

Los recientes acontecimientos que conciernen a la publicación de los decretos que reglamentan la profesión, las limitaciones del ejercicio profesional, el bajo nivel de exigencia en la formación de los osteópatas y por último, la inquietante proliferación de las escuelas de osteopatía, y por tanto, a corto plazo, de los osteópatas que saldrán de ellas titulados, nos dejan expectantes y preocupados en cuanto a nuestro futuro profesional y al porvenir de la osteopatía. Si contamos con los responsables políticos, las organizaciones profesionales, los directores de las escuelas, tenemos motivos suficientes para estar preocupados : la historia demuestra claramente que en ningún caso se puede contar con ellos. Sus intereses no son los nuestros.

Sin embargo, la osteopatía ya ha atravesado múltiples crisis en distintos países y sigue existiendo todavía, simplemente porque continúa siendo practicada, con éxito por osteópatas, sea cual sea su modo de reconocimiento (o de no reconocimiento). Entonces finalmente, es seguramente entre las manos de los mismos osteópatas donde reposa la osteopatía y que, a pesar de lo que se pretende a menudo, es ahí donde está más segura. No obstante, con la condición de que los osteópatas conozcan la filosofía de la osteopatía – su fulcro -, y consigan permanecer centrados sobre él.

Fulcrum o fulcro. Esta palabra, emblemática de la osteopatía, significa « punto de apoyo ». Dice bien lo que quiere decir. Evoca un centro, inmóvil y estable a partir del cual, alrededor del cual se mueven las cosas. La capacidad de mantener un punto de apoyo estable es la misma fuente de la potencia. Esto es verdad a nivel físico, mental y espiritual. Frente a la incomprensión, a la incompetencia de aquellos que pretenden regular nuestra profesión, es inútil gemir, blandir banderolas ni siquiera gritar eslóganes. Tenemos mejores cosas que hacer : centrémonos sobre nuestro fulcro y trabajemos, en el día a día a partir de este punto. No es espectacular, tampoco verdaderamente gratificante para el ego, pero sí particularmente eficaz. Mantengamos las esperanzas. Siempre existirán osteópatas centrados sobre su fulcro básico, Still y su filosofía, llevando bien alto el estandarte de la osteopatía y viviéndola, por respeto a sus fundamentos filosóficos y a su ética, verdaderas garantías de su eficacia y por tanto de su perpetuación. Recordemos a Fryette, un nombre importante de la osteopatía : « Atrévete a ser diferente. Muchos prefieren la ortodoxia a la verdad. » 8


[1]·Este texto retoma casi integralmente un editorial escrito para el nº 9 de la revista Apostill, otoño 2001, más que nunca de actualidad.
2 C. Trowbridge, Naissance de l'ostéopathie (Nacimiento de la osteopatía).
3 O. Auquier & P. Corriat L'ostéopathie, comment ça marche ? (La osteopatía, ¿cómo funciona ?) p. 40., confirmado por la página Web de la Grande Loge Nationale de Lutèce : http://www.glnf.fr/province/lutece/?refer=loge&LOG_N_ID=2870
4
J-P. Amigues Traité de clinique ostéopathique (Tratado de clínica osteopática), p. 88.
5 Abgrall Jean-Marie 1998. Les Charlatans de la santé (Los Charlatanes de la salud). Paris : Payot. ISBN : 2-22889-194-0.
6 Leer al respecto el artículo de Alain A. Abehsera Médecines alternatives, médecines conventionnelles (Medicinas alternativas, medicinas convencionales), p. 58.
7 A. Hildreth, The Lengthening Shadow of Dr. Andrew Taylor Still, p. 211.
8 H.H. Fryette, Principes des techniques ostéopathiques (Principios de las técnicas osteopáticas), p. 12.